-ELLE-
Mochilas invisibles
Hoy me suelto de una mano en el borde del abismo de mis traumas porque sé que me sostienes de la otra y me equilibras para que pueda mirar bien. Hacia abajo si es lo que necesito y el tiempo que necesite. Porque sé que apretarás mis dedos llamándome a que vuelva si empiezo a pesar demasiado, enredado en mis pensamientos, queriendo dejarme vencer.
Que incluso alejades del borde, ya has visto el hilo suelto de mi mochila invisible y has tirado mínimamente de él, deshaciéndola al ritmo de mis propios pasos hasta que las heridas que portaba a mi espalda se han mostrado. Esa magia de alguien que también ha luchado y lucha a veces en silencio porque el corazón late en su garganta y no en las manos.
21/03/2020
Me pediste un cachito de Plutón y desde entonces no cejé de pensar en cómo lograrlo. Podría comprar un gran telescopio, buscar en la inmensidad del universo, hablándole en silencio noche tras noche, hasta dar con él. Podría tal vez dialogar con las estrellas y rogarles que en uno de sus viajes por mis sueños me lo acercasen.
Pero tal vez debería ser yo quien llegase hasta allí.
Entonces, podría convertirme en un pequeño Principito y saltar de planeta en planeta hasta encontrarlo y, con el cuidado a su rosa, coger un cachito que esconder en un pañuelo en mi bolsillo y traértelo de vuelta.
Pero... Plutón.
Un planeta que ya no es planeta. Como las ilusiones, cuando alguien de fuera viene, rompe lo que había hasta entonces y dejan de serlo.
Tal vez este Plutón no sea lo que esperas, pero te otorgo un pedacito de mi viaje en la Tierra para que, si quieres, compartamos sueños y viajemos juntes entre estrellas.
25/02/2020


Ahora que escucho yo tu canto
Y me dice 'tonto'.
Con tanta verdad y tanto amor en la mirada que golpea y deshace. Duele como el arrepentimiento de las olas que vuelven al mar tras chocar repetidas veces con las rocas de un mismo acantilado.
Si al menos en el último encontrarse del agua salada con mis mejillas dejo una concha en su orilla, espero que le pida escuchar historias de sirenes que un día cambiaron el sollozo por el canto. Que en el océano de las inseguridades encontraron así la mejor forma de guiarse al nadar; al fluir.
01/03/20
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Praderas de tono azulado
Una manta de niebla nos arropa desde detrás del cristal. La Luna llena acaricia tu piel haciendo brillar tu cuerpo recostado mientras duermes. Como la nana que precede al sueño, un leve sonido de motor nos arrulla y hace avanzar kilómetros hacia la próxima aventura.
No puedo evitar observarte. Resbalar mi mirada por tu silueta, pasear mi emoción por cada cruce de tu postura como las decenas de hormigas que recorren las galerías de mi estómago en el momento que abres los ojos...
y me pillas.
Está amaneciendo, pero Luna se queda. Nos acompaña en nuestro viaje soplando la bruma y descubriéndonos el paisaje.
Llena madrugada al estar a tu lado.
Praderas de tono azulado a las espaldas de quien amo.
10/02/2020
Has reventado mis muros con tu mirada nada más despertar.
Has recogido la escombrera con la yema de tus dedos acariciando mi rostro.
Has besado mis labios y he confiado en dejar de pensar.
Encuadrar y soltar el dedo del disparador que retiene mis miedos en mis pupilas.
Ver su reflejo esparcirse en tu mirada y cómo se convierten en la nada.
Y es que por mi lente pasaron varias guerras que humean en recuerdos que todavía advierten fulgor.
Ahora veo que no bastan las lágrimas para apagar hogueras.
Que no pueden quedar cenizas olvidadas.
Que si reconozco la batalla...
...está ganada y ya no hay temor.
26/01/19
Tu calma me transporta a mis lugares favoritos.
Como una bocanada de aire, parte del paisaje en el que respiro.
Eres tus silencios y contagias tu alegría. Eres equilibrio entre timidez y risa.
Y es que no puedo no querer seguir riendo, tropezándonos en las escaleras del metro.
06/01/20
Me preguntas en qué pienso mientras me miras a los ojos y mi respuesta es "ik hou van je". Solo así me atrevo a susurrarlo. No sé si es la oxitocina liberada, que tu calma me transporta a mis lugares favoritos o que, en este espacio y tiempo... te estoy queriendo.
He peleado contra mí mismo y ha ganado el reloj de arena. Se han estrellado olas contra las rocas y han dibujando una lluvia superficial. Solo queda pensar que, si se mojan las gaviotas, ya "me es igual".
08/12/19
Siempre a posteriori.
Cuando de pronto entiendo las palabras.
Los gestos.
Tu presencia.
03/12/19
-ELLA-

Nubes de algodón
Decidida a lanzarme a lo desconocido, entro en un pinar frondoso. Los pies se me hunden ligeramente en el suelo, pero no me asusta el vértigo inicial sino que creo pisar nubes de algodón y sigo adelante. El sol se filtra por los agujeros que forman las hojas en las copas de los árboles y me acaricia al contacto con la piel.
Calor.
Como el calor de su cuerpo.
Hace cerrar los ojos. Respiro el oxígeno puro después de tanto tiempo expuesta a la contaminación y me balanceo suavemente movida por el aire; movimiento similar al que cualquier cuerpo se vería sometido al besar sus labios. El paraíso. Pero aparece entonces la necesidad de separar los párpados y admirar la belleza del bosque.
Sus ojos.
De ese color verde lleno de vida y salud y de los robustos troncos marrones como pilares imposibles de derruir. Sus ideales, sus sueños. También de la maleza donde se esconden pequeñas criaturas. Sus miedos y penas revueltos que hacen único al lugar. Tras una expedición de una semana, admiro este sitio. Y solo quiero seguir recorriéndolo de punta a punta, mirar cada recoveco y desentrañar todos sus secretos. Tomar como himno el canto de los pájaros, de los grillos, el susurro del viento en los troncos de los pinos y que cuando una aguja caiga al suelo, una mariposa empiece a aletear desencadenando acontecimientos que no pueda ni quiera olvidar.
20/08/17
Travesuras
Está lloviendo otra vez.
Cada gota que toca el ardiente suelo
es un “te quiero” en modo silencio
que tiende a desaparecer.
Pero, sin que nadie se entere, él recoge las gotitas al vuelo
y las guarda en su bolsillo izquierdo antes incluso de que empiecen a caer.
26/09/17
De repente, te conozco
Y en aquel despacho ajeno
quedó para siempre la huella
de nuestras figuras desnudas
bailando al compás por primera vez.
El frío del suelo
hacía que me estremeciese
por el contraste que sentía
con el calor que emanaba de tu suave piel.
Como dos notas superpuestas en un pentagrama,
nuestros jóvenes cuerpos vibraban llenos de excitación.
Dos mujeres, una sentada sobre la otra
sintiendo el roce de sus genitales
cada vez más húmedos por el movimiento natural
de sus frenéticas caderas.
Nos mirábamos a los ojos
y es que hacía solo una hora
que habíamos intercambiado una simple conversación
sentadas en la Gran Vía en una de las aceras.
Pero enseguida la habíamos convertido
en danza y canto; goce y gemidos.
Sentía una atracción tan fuerte por ti
que no imaginas lo que significaba poderte besar.
Pasábamos del do al sí,
subiendo rápidamente por la escala de notas
cada vez más adentro la una en la otra,
un disfrute compartido y sin necesidad de acuerdo.
Tu suave piel, tus jugosos pechos.
Sentía la euforia de llevar una hora de concierto.
29/10/17
Salí a admirar los colores del otoño y te encontré a ti.
04/10/17
Y así me encontraba; tirada en la cama boca arriba. Con las manos detrás de la cabeza, lanzando la mirada a la oscuridad sin poder dormir.
Solo podía pensar en ella. En que empezó siendo su musa y ahora sin embargo le robaba cada palabra, cada idea, cada expresión. Ella le llenaba tanto de sentimiento, que ahuyentaba a la razón.
Cuando no se puede explicar, no se puede explicar, decía.
Cuando no se puede dormir, ponte a soñar, repetía.
Y en eso estaba. Soñando con un futuro cercano junto a ella. Deseando hacerla sentir. Deseando Olvidarse de pensar y de dormir. Solo estar. Solo existir.
A su lado.
23/10/17
Ni imaginas la suerte que tengo... Casi tanta como Venus cuando cada anochecer de las estaciones cálidas, la Luna baja a su encuentro.
No sabes la suerte que tengo. Que al ver surcar aviones por el cielo y cavilar sobre sus viajeros de clase VIP, esos que sueñan con las vacaciones de su vida mirando a la Tierra desde las ventanillas, solo pienso: 'pobres, que nunca descifrarán el mundo a través de tus labios ni conocerán qué es la vida recostada en tus abrazos'.
Ni imaginas la suerte que tengo... Casi tanta como la Luna cuando en mitad de un eclipse le abrigan las caricias del Sol en invierno.
No sabes la suerte que tengo. Que el hogar que me abriga es tu piel y nuestros muebles serán encontrados, esos que lijaremos y pintaremos a mano y así, estemos donde estemos sin suelos de mármol o paredes donde colgar los cuadros seremos felices al ver el amanecer, las estrellas o el ocaso.
Ni imaginas la suerte que tengo... Casi tanta como el Sol cuando cada día descubre con su luz todo recoveco con vida y desnuda la Tierra por entero.
No sabes la suerte que tengo. Que una chispa de ilusión en tus ojos incendia los despachos de opulentos, esos a los que no les importa el mundo más allá, que no se percatan del peso de las piedras de sus bolsillos y no saben que el mejor techo es tu paladar y ninguna guerra merece la pena si no se lidia entre tus sábanas sin hoteles de lujo en los que hagan las camas.
Ni imaginas la suerte que tengo... Casi tanta como la Tierra que siente tus pisadas y graba tus huellas, que crea la lluvia que moja tus caderas y genera el viento, ese que entra, recorre tu cuerpo, pone tu piel de gallina y te eriza el vello.
23/06/18
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Piedras azuladas

Hay personas que nacen, crecen rodeades de estímulos y se pierden.
Se pierden entre las piedras azuladas del lago formado tras la caída libre de una cascada.
Muchas piedras azuladas, montones de ellas que parecen iguales; mismo tono, misma textura, diferentes tamaños y que a todos gustan. Las escogen para crear pilares en equilibrio una sobre otra, para llevarlas a casa de recuerdo o para, con el ángulo justo, lanzarlas haciéndolas cortar el aire y bailar sobre el agua; libres.
Sin embargo, levantando esas piedras se encuentras las piedras olvidadas que aprisionadas solo quieren respirar, notar la luz del sol sobre ellas. ¿Por qué no pueden ser azuladas también? ¿Deben camuflarse? Pero rabian a las azuladas. No son así, ni quieren serlo. Todos los estímulos; la composición del agua, su dirección, el golpe de la cascada... les dirige a ser así.
No pueden. No encajan. Ni tienen el tono, ni la textura y a veces ni si quiera el tamaño. Pero ya es hora de salir a la superficie.
A veces hay manos o incluso pies que escarban, te encuentran, que te tocan, te acarician limpiándote de ese polvo caído de las azuladas y te sacan de las profundidades. Que te exponen al sol para que recobres tu energía. Para que seas. Para que no te olvides nunca de ello: puedes ser quien eres. Puedes ser lo que quieras.
01/07/18
Y, si vemos la belleza pura al contemplar la misma luna, ¿por qué te vences a escuchar los gritos de las cigarras a tu espalda?
La mente. La mente sana. Cuántos poderes tiene que anula otros sentidos para fijarse en uno solo y cuánto poder nos cede para escoger nosotres mismes qué sentido primar.
Así pues, elijo mirar a los astros o escuchar los cantos susurrados por las olas del mar.
13/07/18
Cuando pensaba en el cuarto subiente

Mirando al horizonte. Infinito, pero velado por pequeñas partículas suspendidas en el aire de agua salada. Agua de una mar cristalina ahora en calma.
A veces, el horizonte son caricias del cielo a la Tierra que nos regala los atardeceres más perfectos. Cálidos, acogedores, bellos. Otras, sin embargo, con solo mirar más allá, es sencillo predecir la futura llegada de una galerna que haría volcar al más valeroso barco pirata.
Yo he decidido dejar de estudiar el horizonte. Disfrutar de las vistas de mi velero aunque más tarde deba navegar en contra del viento. Preparar mis flechas para, en un movimiento rápido, apuntar hacia lo que se venga encima. Y mientra tanto, soñar. Mecerme con las olas olvidando que su sal podría agrietar mis labios, que el cielo en la costa Norte cambia muy rápido.
17/08/18
Nadie me lee como tú
Hueles mis miedos
hasta poniendo un lavaplatos.
Escuchas como nadie mis silencios
y atiendes cuando no callo.
Interpretas mi tristeza
en palabras simples
y encuentras los 'te amo'
que escondo entre líneas.
Nadie me lee como tú.
Nadie ha sabido comunicarse con mi alma
incluso en la distancia.
Nadie me ha dado vía libre
a expresarme, a tener voz.
Con un simple toque
sabes librarme del cerrojo
que yo misma pongo a mis alas
por si al volar encuentro el viento en contra.
Me recuerdas que me quiera,
tanto como adoro el aire,
en todas las direcciones.
Y me quitas los miedos, las penas, las tristezas.
feb/2018

Y perdernos en salas de exposiciones.
Y tirarnos a la sombra en el Retiro.
Y coger el metro abarrotado.
Y llegar tarde a todos los sitios.
19/02/18
Si se pudiese juntar la felicidad de toda una vida y ponerle un envoltorio, la pondría debajo de su almohada para que cayera al suelo y amaneciese entre risas.
08/01/19
Concédeme un último baile cuando el terremoto pase.
19/03/19
Fueron caricias como el reflejo del cielo en el agua.
Azul, hasta que llegó la tormenta.
Gris.
Gris oscuro.
Rayos.
Electricidad que hace a los más robustos barcos naufragar.
26/12/18
Me hiciste príncipe

No tengo miedo a confesar que me apena, que me invade la nostalgia cuando nos pienso o que se me desborda un trocito de mi corazón por el bultito rosa que palpita junto al ojo.
Palpita... Palpitaba ante lo bello de nuestras almas vibrando al compás, desnudándose al aire, bailándole al silencio.
No tengo miedo a confesar que te quiero, aunque ahora rechinen estridentes nuestras voces en la lejanía, aunque ni kilos de ropa nos protejan de la fría y robótica sociedad pensante, aunque ni tú seas tú, ni yo sea yo.
Porque no quedará dolido mi orgullo, pero tampoco mi empatía y bondad si digo que estoy un poquito más feliz. Sí. A pesar de todos los golpes de rencor recibidos y gracias a los ataques mal dados asumidos, puedo decir que mi yo es cada vez más libre y que ojalá todo nos vaya de lo más bonito. .
Siempre serás la princesa que descubrió al príncipe.
Uno cuya sangre no era azul,
cuyo castillo estaba y estará en construcción.
Que no salva princesas.
16/07/19
-ÉL-
Busco tus ojos en el reflejo de una pantalla, y al encontrarlos, aparto la mirada rápidamente para ver de pronto mi estúpida silueta desdibujada.
Patética.
16/04/18
Empápame

Te acercas, tormenta, aún sabiendo que me haces temblar.
Ojalá poder perderme entre tus nubes y recibir mil descargas eléctricas para olvidarme así de pensar.
y es que tu presencia me hace sentir demasiado viva y solo deseo que una lluvia fina empape mi rostro y lo bese.Olvidando que solo está aquí de paso para activar mis sentidos pero que nuestro amor es imposible.
Hazme vibrar una vez más, tormenta. Como solo tú sabes.
07/05/18
Escribe con tu luz
poemas que guarden los mayores secretos.
Pero hazlo despacio, en silencio;
la seductora belleza de tu abismo:
mi vértigo.
19/04/18
Latido

Su vibrar era más fuerte que el del resto y me retaba imponente a enfrentarme a él. Yo, recuperados mis viejos temores, aceptaba la contienda sin pensármelo dos veces. Pero a pesar de que todo había comenzada con una brisa que lo justo agitaba mis cabellos, de pronto, un golpe de energía partió el cielo en dos mitades paralizando mis sentidos. Una corriente eléctrica inyectada desde algún punto recóndito de su ser recorrió mi cuerpo dejándome indefensa.
¿Cómo? ¿En qué momento había ganado todo ese poder? ¿En qué momento se había convertido en tormenta?
Recuperé la conciencia sobre mi sentir cuando hizo retumbar cielo y tierra alborotando mis instintos y cobré la respiración excitada. mis emociones se contradecían. Era el supervisor del Universo y había oscurecido el cielo privándome de las estrellas, pero me hacía vibrar y me sentía prendida, bella, plena.
Iluminada por sus rayos admiraba el poder de Zeus sobre la faz de la Tierra. Pero su esas chispas enérgicas me seguían golpeando, acabarían por matarme. Así despegué mi luz, mi arcoíris. Los rayos no consiguieron traspasar la barrera iridiscente aunque atacaban insistentes, manteniendo un contacto que se vio reducido a caricias. Suaves. Amargas. Que provocaron en mi un cosquilleo infinito que se manifestó en un dulce sabor de boca.
17/05/18
Si no te lo dice mi boca, que te lo digan mis letras.
Llega la primavera y con ella el revoloteo de las mariposas.
Alegra mi mirada tu obsesión por las pequeñas cosas.
17/04/18
Planeta morado

Si te cuento que ya entiendo cómo funciona la vida en el planeta morado...
Allí todo es posible. Con la fina arena de la playa colándose entre los dedos de los pies y el susurro de las olas posándose sobre ella. La ligera brisa en la orilla portadora del aire más limpio que se puede respirar, con el que llenar nuestros pulmones antes de suspirar. Y al final del día, el atardecer violeta, predecesor de una noche fresca. Todos los elementos para una tranquilidad plena que invita a soñar.
Pero soñar despiertos, así claro que no apetece quedarse dormidos. Sin importar siquiera que no haya otros seres vivos. Tú, yo y el universo en tu mirada. En esos ojos transparentes que me muestran la belleza en el todo y en la nada. Suspiro de nuevo. No puedo evitar agachar la cabeza y sonrojarme, sonreír cada vez que tus mejillas te muestran feliz.
Descubrí que verdaderamente estoy admirada, maravillada, prendada. De este mundo que has creado para nosotros y que no podría racionalizarlo sin acudir al destino, ese en el que no creía hasta que te leí. Hasta que leí el mundo a través de ti.
Puede que sea otro mundo el del planeta morado, pero a fin de cuentas esta es mi verdad. Que estamos aquí, unidos a la mami Tierra, pero en nuestra imaginación caben todos los planetas, nebulosas, galaxias enteras.
Te estoy eternamente agradecida por invitarme a sentir, y es que cuando vibras, brillas y proyectas tu luz también sobre mí.
Hijo, ni de Venus ni de Marte, bendito Saturno que me ha permitido este viaje.
16/05/18
Madrigueras artificiales que encarcelan ratones libres bajo las estrellas.
15/04/18

- ¿No duermes?
- Ahora no.
-...
- Prefiero tocar mis sueños.
17/03/18
Al fin.
Deshiciste la barrera
para dejarme observar
tu mirada.
Al fin.
Rompiste los hilos que
candaban tus labios y
obstaculizaban tu palabra.
Al fin.
Fuiste tú
y yo me perdí.
Entre legañas y ceños fruncidos
al descubrirme a través de ti.
14/06/18
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A veces ignoramos que en la tormenta se confunden los sonidos, que los truenos retumban más fuerte que nuestros pensamientos y no oímos lo que nos rodea. Así pensamos que hay calma en esa caótica belleza, pero las tormentas siempre son peligrosas y confunden los instintos.
24/10/18
No quería ver el sol, ni tampoco la luna. Ambos perdían su encanto sin el escenario de tus pupilas.
14/03/19
¿Recuerdas cuando intercambiábamos poemas? Cuando ambos mirábamos al cielo y nos convertíamos en poesía.
Éramos ricos, teníamos un planeta.
Tú admirabas la belleza en las nubes por ser pasajeras.
Es nuestra esencia.
Viajamos en el tiempo y visitamos almas. Y de vez en cuando, guardamos algún recuerdo en la maleta.
05/08/19

Me escribes. Ahora, cuando no viene a cuento y yo ya no me arrepiento de haberte sentido como lluvia en un verano seco.
18/06/19
Sigo enamorado de las mariposas en primavera.
De las estrellas.
De tu mirada acariciándolas a todas ellas.
Ver cómo te perdías en la inmensidad del Universo y traías de vuelta un puñado de sueños.
Con ese tacto suave al amanecer.
Con ese azul casi transparente que traspasaba mis retinas.
Las arrugas de tu nariz al sonreír.
Y ahora, he perdido el juego.
Ya no duermo.
Ya no sé guiarme por las estrellas,
solo puedo esperar la llegada del invierno.
Ya no me dices cosas bonitas, pero pasas a mi lado y me traes de nuevo la inspiración.
01/04/18
Cómo expresarte lo que ni yo misma entiendo.
Que algo se mueve por dentro y solo puedo sonreír.
30/04/18
Ahora que me doy cuenta, el suelo se vuelve inestable.
Nubes de tormenta bajos mi pies.
2/09/18
Alterando el pulso de mis arterias aparece un dibujo azul.
Es una joven igual que tú.
Con una mirada fría y tapándose la cara con el pelo.
Eres tú. Congelada en acuarela.
Esperando algo que no llegará.
Cálidos trazos en los labios que saben a nieve.
09/08/19