top of page
IMG_6228_edited.jpg

9 de mayo de 2020

' DESCONFINAMIENTO'.

Me gusta la ironía de poder al fin salir a pasear, al verde de Iruña en este caso, y quedarse sin embargo mirando hacia el interior desde el que semanas atrás, tan solo día atrás, se añoraba y observaba con nostalgia el exterior. Y es que, aunque parezca una foto casual, la vecina lleva días viendo la telenovela desde el balcón.

 

Dentro- fuera. Salir- no salir. Normalidad- nueva normalidad. Sol- sombra. 

Desequilibrios en las cuerdas de tender un piso por encima, del que prende un calcetín solitario desde hace justo un mes. 
 

IMG_0571_edited.jpg

24 de julio 2019

Hoy por fin he conocido a una vecina del barrio; Laura. Ya era hora... Y ha sido porque a ambos se nos mueren las plantas.


-Yo ahora lo estoy intentando con un Aloe Vera. 
-Ay, mami, en mi país dicen que dan buena suerte, son muy buena planta, que ahuyenta lo malo. 

Pues ojalá sea verdad.
Lo que no es verdad es que la vecina se llame Laura. Guardaré su nombre. Pero su historia es muy real. 

Todo parecía una tarde tranquila de charloteo entre amistades recién echas; la vecina de la bonita Colombia tomándose una cerveza; la mujer del que riega las plantas, comiéndose un polo de limón y yo, comiéndome un helado de chocolate. (Que no me gusta el chocolate, pero había que comérselo). Y, ¡Ah! El señor que riega las plantas, regando las plantas.
Hasta que Laura empezó a hablar de su pasado. Más concretamente de su exmarido, el cual la maltrató física y psicológicamente y quien ejerció violencia de género contra ella y sus hijas. Se dice fácil y rápido y es que hablaba de algo que tal vez más personas de las que debiese hemos vivido y hemos normalizado hasta el punto de creerlo y aguantarlo; seguir viviéndolo como parte del día a día. 

-Yo me creía que yo era fea. Yo me miraba al espejo y ya no me maquillaba. Yo me creía estúpida y cogía la fregona y decía: "pero si yo no sé fregar". Iba a la cama; "pero si yo no sé hacer la cama". Y yo iba al trabajo y solo lloraba. Y mis hijas me decían "pero mamá, tú estás tonta, eso no está bien". Y mi psicóloga me dio la baja. ¡Un mes! Un mes entero se pasó fuera y volvió con la misma ropa. Sin cuidar a su hijo.
Uyyyyy, mami, desde que montó el bar... 

Antes no era así.

Y hasta que le pillé en mi casa con otra, yo aguantaba normal. Y ella me decía que no le hiciera nada, y yo a ella no le iba a hacer mal. Pero sí, sí, yo por un minutico pensé en coger un cuchillo y matarlo a él. ¿Pero cómo iba a hacer eso? Y luego mis hijos...
Y los eché de casa y cambié la cerrajería o cómo se diga eso. Y me llamaba: "no, yo no he hecho eso".
-Y ese era ¿Español o co...? -preguntó la vecina más mayor movida por los prejuicios de esta sociedad mientras resbalaba su polo sobre el palo.
-Español, claro. 

Gritos en el vecindario, vecinas llamando a la policía cada día, episodios en los que este individuo cogía a la hija de ella del cuello y no la soltaba hasta que los vecinos intervenían etc, etc, etc. 

-Y así hasta que a una la matan. Ay... El de ahora es todo lo contrario. ¿Sí? Este no se va de casa, este no quiere que yo salga. Él quiere que estemos todo el día juntos. Es celooooso... Yo no puedo estar ni con mis amigas acá, ya vieron ¿Sí?. .

Sí. Conocimos al 'celoso'. Al que más bien yo llamaría machista, violento, maltratador. Y conocimos a Laura y su preocupación porque en el barrio la gente pensara que ella era 'la mala' por ser colombiana. Y conocimos el trauma que aún le persigue cada día. Y conocimos su fuerza y que aún está aquí, sin dejar que el 'celoso' la controle. Pero la amenaza. Dos veces delante nuestra y claro, no pude no intervenir. Y él se sorprendió y mientras se metía en su portal me amenazó a mí. .
¿Cuántas personas pierden su vida aún respirando por estar junto a personas así? Y no marchan porque aman, porque cuidan, porque aceptan. Acaba sometiéndose a la posterior llamada y ese "te quiero" en el que va un falso sentimiento de culpa. "Ya veremos si entras en casa". La casa de Laura. 


-Los hombres son así, que te quieren hacer chiquitina para ellos uuuuh, crecer. Entonces te dicen todas esas cosas. Pero nosotras las mujeres somos todas guapas, ¿sí? -le preguntaba a la señora del polo.
-Bueno...
-Sí, todas guapas. Ay, a ver si él va a pensar que yo soy lesbiana y por eso es celoso si estoy con mis amigas.
Y soltó una fuerte carcajada.

IMG_9374_edited.jpg

29 de diciembre 2018

En ese mismo punto he conocido media hora de Aroa, porque nunca se termina de conocer a nadie. Aroa tiene 34 años y sufre una discapacidad de más del 60% por un problema en su sistema nervioso. A Aroa le han despedido y pide con mucho respeto algo de dinerillo a personas que se lo quieran dar. 

Pero eso no es lo importante, aunque discute mucho con su madre por sus nervios y piense a veces cosas que no hace falta decir, Aroa está enamorada. Sueña con el París que visitó de pequeña y con el día en que su nuevo novio, un chico "que no es muy guapo, pero lo que importa está en el interior; además se afeita y un día hasta vino con corbata y chaleco", le pida matrimonio como le ha prometido. El problema ahora es el dinero, pero la sonrisa enamorada que se le escapaba a Aroa al hablar de él...😍 Y es que su exnovio, claro, ahora está celoso; un maltratador que "ve a las mujeres como objetos y solo piensa en el sexo", "un día le tocó el culo a mi madre". 

Pero es agua pasada y ella solo espera que "tenga cuidado o alguna le acabará denunciando". Aroa es fuerte aunque añore a su padre fallecido años atrás por un cáncer "fumaba muchos puros". 

Aroa es alegre y agradece que le escuchen y le traten bien. Ve la bondad de las personas. Aroa es cercana, da abrazos, dos besos, felicita los días, promete no olvidarte y vuelve a dar las gracias. Con esa ilusión el 2019 de Aroa seguro que va a ser más bonito. Vuelve a buscar trabajo aunque sus excompañeros la trataban muy mal, tiene un hermano al que quiere mucho y una madre que le espera para comer en casa.

Yo tampoco te voy a olvidar, Aroa.

IMG_5172_edited.jpg

8 de marzo 2018

"Algunas paramos ayer. Otras decidieron no hacerlo y otras simplemente no pudieron. "Paramos" con la rutina en la que se nos oprime, pero salimos, nos movimos, nos manifestamos. Hicimos historia. Y todas juntas y diversas somos maravillosas. ¿Sabéis? Me encanta. Adoro cuando me llaman pesada, que ya estoy con lo de siempre, cuando piensan que "calladita estaría más guapa". Pero no, no me callo. Porque con "vivir el feminismo en el día a día sin etiquetarme", no me vale. Porque el que calla otorga y yo no doy nada. Que das la mano y te quitan el brazo, los derechos, el respeto y la dignidad. Porque es una lucha que merece ser escuchada. Día a día. Un movimiento que crece. Que cambia. Que aprende. Y aún nos queda que aprender, que mejorar, que luchar. Pero somos fuertes, somos muchas, somos diversas. Tenemos voz y estamos hartas". #8M

-Lorena.

IMG_4295_edited.jpg

18 de febrero 2018

Ana fue a despertar la pasada mañana del viernes a su hijo Ekai, un chico trans de 16 años.

Se lo encontró sin vida.

En los periódicos aparecen titulares que hablan de suicidio, pero lo cierto es que la sociedad lo ha matado.

Nuestros prejuicios, nuestra facilidad para invalidar lo que desconocemos y faltarle el respeto son los asesinos.

IMG_4020_edited.jpg

11 de febrero 2018

Estas son las manos de Juana. En marzo cumplirá 82 años. Dice que una vez se rompió el brazo y ya no sirve para nada pero sin embargo, en lo que dura un trayecto de autobús, yo he podido comprobar que aún queda mucha fuerza en esas manos.


La vida está llena de cambios, de historias que nos dotan de existencia o con las que dotamos de existencia a aquellos que no están. Historias con emociones implícitas y sentimientos pasajeros. Como Juana y yo de camino a Pamplona. Una joven y una anciana que esperan a que llegue el autobús y entablan una conversación que continúa durante el viaje. Una anciana que lleva furtiva en el bolso la mandarina que le ha sobrado a su marido al que ha ido a ver a una residencia en otro pueblo diferente al que ella reside. Una anciana que les da más guerra a los tomates que a la lechuga. Una anciana preocupada pero que no quiere preocupar. Una anciana a la que sus hijos no le cogen las llamadas. Una anciana que confía en la joven sus historias, las de aquellos a quienes ha querido, sus secretos. Pero un día esas historias tienen que llegar a su fin y como Juana, nadie quiere dejar de existir.

bottom of page