ELGARS

Una de mis grandes pasiones siempre ha sido actuar.  EL TEATRO. Poder vivir desde mi corporalidad las emociones de un personaje. Comenzó en el colegio, el instituto, hasta llegar a la universidad.

Allí, en 2015, conocí Mutis por el Foro; uno de los grupos de teatro universitario-amateur con mayor elenco de toda España y que a nivel personal ha significado mucho para mí en mis cuatro años de carrera.

​

Comencé con varios personajes incidentales en 'Hamlet' y 'El gran Gatsby'. Así pude disfrutar de la experiencia del teatro universitario, conocer a mucha gente de procedencias muy diversas e integrarme en el grupo.

​

Ya en mi segundo año, además de tener la oportunidad de encarnar a Telémaco en 'La Odisea', del cual aprendí mucho sobre mí mismo y obra con la que ganamos el premio a 'Mejor obra de la sala cúpula' en el teatro Campos Elíseos de Bilbao en 2017;  pude subdirigir 'Himmelweg' y aportar una estética de movimiento más visual a la obra además de encargarme del sonido de la misma.

​

En los castings de mi tercero, uno de los directores me habló de la problemática con uno de los personajes de la obra y me pidió que improvisara. Así fue como di vida y personalidad a Odalys, un personaje en un principio castizo convertido en una cubana con mucha presencia y que aportaba un humor más contemporáneo a la obra  'Enriqueta sí, Enriqueta no'. Ese mismo año, además, me atreví con algo que no había hecho nunca sobre el escenario; bailar. Pude desarrollar mi gestualidad y ritmo siendo una de las sombras en el montaje de 'Finding Neverland' y fui ayudante de dirección en 'Los árboles mueren de pie'. 

​

Mi último año, fue el más intenso de todos. Dirigí un grupo de 12 actores y actrices con la obra 'Las mujeres sabias' de Moliere que se presentó a la 'Muestra de teatro de aquí' en Pamplona; fui director del grupo completo: 7 directores de las 8 obras anuales y 83 personas bajo mi coordinación y ¡ah! fui la nodriza de Julieta en 'Romeo y Julieta' con la que me lo pasé súper bien sacando la yaya guasona que llevo dentro. ¡Fue un gran reto! Este último año aprendí mucho. Muchísimo. Aprendí a coordinar un grupo tan grande, a ser líder sin dejar de pedir compromiso y responsabilidades al resto ni señalar con el dedo y a no rendirme. Aprendí a gestionar mis propias emociones pero también a ayudar a mis compañeros y compañeras con las suyas. Me conocí todos los edificios de Pamplona por los que tuve que pasar para consolidarnos como asociación y hacer todo el papeleo y gestiones necesarias. Tuve que crear mi máscara de diector(a) e imponer respeto, saber decir que no y adiós a quienes no nos hacían avanzar como grupo sino que tiraban hacia atrás y no hacían tambalearnos. Además, me encargué de coordinar nuestras redes y de grabar, editar y subir nuestro contenido a Youtube.

​

Y es que el teatro me ha aportado versatilidad. Con ella puedes lanzarte a lo desconocido mil veces sin miedo. ¿No decía Chaplin que la vida es como una gran obra de teatro? Disfrutemos, juguemos, probemos a ser, cambiemos antes de que el telón caiga.