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Amistad en el punto de mira - Asier ETA biok

  • Foto del escritor: Asier
    Asier
  • 24 mar 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 31 ago 2020

Navarra es tierra que solo los navarros comprenden realmente. "¿Y los navarros son vascos?" "Con los franceses también están de acuerdo?" "¿Pero tú hablas euskera?" Cuestiones comunes que se plantean a los habitantes de esta provincia o, ya si entramos en temas más conflictivos y complicados, "¿pero ETA qué pide?" "¿Qué queréis, más fronteras?" "¿Para eso tienen que matar?"


El actor navarro Aitor Merino se estrena como director de largometrajes con 'Asier ETA biok' (2013) junto a su hermana Amaia; co-guionista

y editora del documental. Una primera obra que, si bien ha sufrido las complejidades de su financiación, con el apoyo de Doxa Producciones, Cineática Films y el gobierno ecuatoriano, ha sido traducida a ocho idiomas y vista en más de 20 países estrenado en salas de Ecuador, Italia, Francia y, como no, España. Además, ha participado en varios festivales siendo galardonada con el Premio Irizar en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.


Ambos hermanos tratan en este documental ese conflicto armado al norte de España por la independencia de Euskal Herria bajo el comando ETA en los años 80. A través de una historia muy personal que involucra al propio Aitor, se plantea un gran reto; cómo hacerles entender a sus amigos y amigas madrileñas la amistad con un etarra, Asier; su mejor amigo de la infancia. Con la intención de responder a ello, consigue, no solo dar testimonio a la vida e ideología de Asier, sino dar a conocer los conflictos políticos de Navarra y cómo la violencia se apoderó de las calles de Pamplona. Además, muestra la diversidad en la identidad de sus gentes y la dualidad de sentimientos que estos mismos conflictos causan en él, su cultura, su pasado y deseos.



Así pues, el documental está muy alejado de lo informativo o meramente histórico. Aitor busca incorporar al tema central, de por sí conflictivo, la cercanía y cariño que brinda su propia amistad con Asier. Por ello, logra con el humor de su acting y palabras o sonidos ambiguos en off su mejor arma. Es así como admiramos la influencia en este director novel del mundo del teatro. No solo porque habla directamente de su pasado como actor o por cómo introduce a sus amigos y amigas actores en la trama, sino que, además, podemos ver sus dotes actorales en la forma en la que nos plantea la historia. Un Aitor farandulero que, a través de cortes durante la propia película, logra gags cómicos mirando a cámara y recreando situaciones concretas del pasado, haciendo uso de la voz en off que guía la mayor parte del relato y, ante una imagen concreta, plantea sus propias dudas con una ironía que alivia el ánimo sin alejarse de la crudeza del tema.



Y eso mismo es lo que, según cuenta Aitor en el blog de la película, sus amistades madrileñas primero comentaron al ver un corte previo al estreno de la película; la forma tan característica y personal de realizar el documental. No podía ser de otra manera. Cámara en mano, con ese toque digital de las cámaras semi-profesionales, Aitor graba la mayor parte del metraje. Ya sea a sí mismo; hablando a cámara, haciendo pequeños clips de metacine en la intimidad de su habitación para ampliar la información, añadir explicaciones o plantear sus propias dudas; a su amigo Asier en su vuelta a Pamplona de la cárcel en Francia; o el material de archivo utilizado para aportar veracidad al relato como son recortes de prensa, vídeos y fotografías que nos hablan de un pasado con la viveza del presente que avanza y recuerda. De esta forma, Aitor solo se necesita a sí mismo en el rodaje, su cámara, un micrófono y la realidad que a través de un brillante guión y un impecable montaje que alterna de manera precisa estos clips consigue enganchar con su historia desde el comienzo.



Es pues, en definitiva, una historia de amistad, sobre la necesidad de comprenderse y hacerse comprender los unos a otros, de aceptarse y respetar las decisiones de las personas a las que más se les quiere aunque a veces cueste de más por el juicio externo que ello implica.



Por esa ternura, el humor, la cercanía con la que nos descubre una historia tan compleja mi nota para este largometraje documental es un 10.


(Puedes encontrarlo libre en Vimeo)

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